De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, podemos definir la cooperación como el acto de obrar juntamente con otro u otros para la consecución de un fin común. En este caso, os presentamos cómo se está trabajando en el centro el aprendizaje por grupos cooperativos; iniciativa que se está desarrollando en diferentes grupos y tutorías por varias maestras del centro pero con un mismo fin: el alumnado obtiene resultados beneficiosos para ellos mismos y para todos los demás miembros del grupo. El aprendizaje cooperativo es el empleo didáctico de grupos reducidos en los que los alumnos y alumnas trabajan juntos para maximizar su propio aprendizaje y el de los demás.
Imagen extraída del curso Cómo desarrollar un programa de aprendizaje cooperativo en el aula de E.Primaria desarrollado en el CEP El Ejido
Presentamos los grupos de base cooperativos con un funcionamiento a largo plazo. Grupos de aprendizaje heterogéneos, con miembros permanentes, cuyo principal objetivo es posibilitar que sus integrantes se brinden unos a otros el apoyo, la ayuda, el aliento y el respaldo que cada uno de ellos necesita para tener un buen rendimiento escolar.
Para constituir dichos equipos se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
- Grupos de alumnos de 4 alumnos/as, si no es posible 5.
- Los grupos han sido decididos por las maestras sin permitir intervención de ningún alumno/a, teniendo en cuenta que sean lo más heterogéneos posible (alumnado de diferente capacidad, sexo, capacidad de participación y actitud hacia la materia).
- Los grupos están compensados y sin tener en un mismo grupo "amigos" para evitar interferencias en el trabajo.
- Cada miembro tiene un rol con determinadas funciones (elaboran su cuaderno de equipo); roles que también ha asignado previamente la maestra y que están asignados por tarjetas que llevan o por pegatinas colocadas en sus mesas.
El aprendizaje cooperativo es muy útil para el alumnado, se adquieren valores (solidaridad y respeto por las diferencias, ayuda mutua...), competencias (aprender a aprender, sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor...) y además se les prepara para un futuro laboral ya que se trabaja mucho en equipo.
Para ello, todo el componente actitudinal del trabajo en equipo será evaluado a diario mediante las observaciones de la maestra, que deberá asegurarse de que las dinámicas y estructuras se aplican de la manera adecuada. Y todo el trabajo lo deberán ir reflejando en su "Cuaderno de Equipo" una carpeta elaborada para cada equipo que contiene: portada (nombres de los miembros del grupo, número y nombre del grupo y curso), contraportada (donde aparecen las funciones de los distintos roles que tendrán los miembros del grupo y las normas que acuerden poner en el grupo; también acuerdan las medidas correctoras para sancionar al compañero/a que las incumpla), plan de equipo, diario de las sesiones, autoevaluación y coevaluación.
No obstante, otro de los aspectos clave no es sólo plantear los grupos, organizar la sesión y los diferentes cuadernos de equipo sino que también podemos llegar a plantearnos, ¿cómo evaluamos? La evaluación por parte de las maestras es diaria y para ello se idea un sistema de tarjetas, que quedan registradas en la ficha de la maestra así:
Podemos observar cómo las maestras pasan por la clase y van observando el trabajo realizado por cada equipo y lo valorará con tarjetas de distintos colores; las tarjetas verdes serán positivas, las amarillas avisos y las rojas como negativas. Este sistema de tarjetas es mucho más efectivo porque tiene un efecto visual inmediato que tiene una gran fuerza motivadora.
La única manera de hacer posible aulas inclusivas, en las cuales puedan aprender juntos alumnos y alumnas aunque sean diferentes, es estructurando en ellas el aprendizaje de forma cooperativa.
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